ESCLEROSIS MÚLTIPLE

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica y autoinmune que afecta a la mielina o materia blanca del cerebro y de la médula espinal (sistema nervioso central), provocando la aparición de placas escleróticas que impiden el funcionamiento normal de esas fibras nerviosas. La mielina es una sustancia grasa que rodea y aísla los nervios, actuando como la cobertura de un cable eléctrico y permitiendo que los nervios transmitan sus impulsos rápidamente.
La velocidad y eficiencia con que se conducen estos impulsos permiten realizar movimientos suaves, rápidos y coordinados con poco esfuerzo consciente.
¿A quiénes afecta la esclerosis múltiple?
Afecta entre dos y tres veces más a las mujeres que a los hombres y es la principal causa de discapacidad en los jóvenes, tras los accidentes de tráfico. En general, la esclerosis múltiple es una enfermedad de adultos jóvenes, la edad media de aparición es 29-33 años, pero la gama de edades de aparición es muy amplia, aproximadamente desde los 10 a los 59 años; y las mujeres sufren la enfermedad con una frecuencia algo superior a los varones. Hasta la fecha no tiene cura, pero una serie de fármacos y recomendaciones ayudan a que su avance sea más lento.
¿Qué produce la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple produce una anomalía inmunológica que se suele manifestar en problemas de coordinación y equilibrio, debilidad muscular, alteraciones de la vista, dificultades para pensar y memorizar y sensaciones de picazón, pinchazos o entumecimiento, además de otros síntomas.
Síntomas de la Esclerosis Múltiple
Los síntomas variarán en función de las áreas en que tengan lugar las lesiones. Por eso, aunque diferentes personas compartan el mismo diagnóstico, la enfermedad y su evolución serán diferente en cada afectado. Cabe decir que, la mayoría de las lesiones son asintomáticas. Algunos estudios sugieren que la genética puede jugar un papel importante en la susceptibilidad de una persona hacia la enfermedad. Si existe una persona afectada en la familia, sus parientes de primer grado tienen una probabilidad de desarrollar la enfermedad de entre un 1 a un 10 por ciento.
VISUALES
Visión borrosa, visión doble, neuritis óptica, movimientos oculares rápidos e involuntarios, pérdida total de visión (rara vez).
EQUILIBRIO Y COORDINACIÓN
Perdida del equilibrio, temblores, inestabilidad al caminar (ataxia), vértigo y mareos, torpeza en una de las extremidades, falta de coordinación
RIGIDEZ MUSCULAR
El tono muscular alterado puede producir rigidez muscular (espaciad).
INCONTINENCIA
Necesidad de orinar con frecuencia y/o urgencia, vaciamiento incompleto o en momentos inapropiados, estreñimiento (rara vez), perdida del control de esfinter.
Trastornos cognitivos y emocionales
Problemas con la memoria a corto plazo, la desconcentración, el discernimiento o el razonamiento.
debilidad
Puede afectar en particular a las piernas y al andar.
Sensaciones alteradas
Cosquilleo, entumecimiento, sensación de quemazón, otras sensaciones no definibles.
Sexualidad e intimidad
Impotencia, exitación disminuida, pérdida de sensación placentera, sensabilidad al colar .
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